Sevilla tiene un color especial... y es que no solo la canción llevaba toda la razón, a parte de ser la capital de Andalucía tiene un aroma, una vida, un yo qué se qué se yo... que enamora. Por muchas veces que la visite nunca me cansaré de andar por sus calles, montarme en sus coches de caballos, de perderme por sus parques e hipnotizarme con su salero y alegría sevillana.
Estuvimos un fin de semana y comimos super bien, como siempre vamos a un apartahotel para poder hacer las cenas en casa, después de todo el día dándole a la pata.
El sábado estuvimos comiendo en El Solito Posto, dueño italiano super majo y el servicio también. En la parte de la cocina se ve como hacen las pizzas ya que tienen como un expositor al pizzero. Me pusieron pan y grissini. Además de todo casero, unos ñoquis rellenos IMPRESIONANTES, la pizza suuuperr rica y ya el tiramisú uffff una pasada. Le doy un mega 10 a este restaurante, tanto por el trato, por el cuidado en la comida, te ponen tus manteles Glutenfree, te sirven la comida enplatada y tapada, bueno una pasada. Tenemos que volver del buen recuerdo que nos llevamos.
Al día siguiente estuvimos comiendo en Gazuza, un restaurante increíble con raciones y tapas sin gluten y sin lactosa, un mangar para los intolerantes. Toda la comida nos encantó, tiene variedad de platos y las camareras super simpáticas te sugieren platos ya que tienen una gran carta. Todo un placer comer aquí. Repetiremos también seguro aquí. :)